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Más allá del alivio del dolor: El papel de la terapia láser en la cicatrización avanzada de heridas y la reparación de tejidos

Cuando la mayoría de la gente piensa en un máquina de terapia láserse imaginan el tratamiento del dolor de espalda o las lesiones deportivas. Sin embargo, una de las aplicaciones más profundas e históricamente significativas del láser médico es el tratamiento de heridas. Terapia láser de clase 4En particular terapia láser de tejido profundoes una poderosa herramienta para reactivar los procesos de cicatrización estancados en heridas agudas y crónicas. Esto la convierte en una herramienta esencial, aunque a menudo ignorada, mejor aparato de terapia láser para clínicas especializadas en podología, cirugía plástica y cuidados postoperatorios.

Este artículo explorará las intrincadas fases de la cicatrización de heridas y cómo la energía láser influye positivamente en cada una de ellas. Desglosaremos los parámetros específicos utilizados para el tratamiento de heridas y presentaremos un convincente estudio de caso sobre una compleja herida posquirúrgica que no cicatrizaba y que se resolvió con éxito gracias a la intervención láser.

La biología de la curación: Cómo la energía láser impulsa la reparación celular

La cicatrización de heridas es un proceso complejo y orquestado que se divide en cuatro fases superpuestas:

  1. Hemostasia: La detención de la hemorragia.
  2. Fase inflamatoria: El cuerpo elimina los residuos y las bacterias.
  3. Fase proliferativa: La herida se reconstruye con nuevo tejido (tejido de granulación) y nuevos vasos sanguíneos.
  4. Fase de remodelación: El tejido se fortalece y madura.

Tratamiento con láser ejerce sus efectos principalmente en las fases proliferativa y de remodelación:

  • Estimulación de fibroblastos: Los fibroblastos son las células clave en la reparación de heridas, responsables de la producción de colágeno, la principal proteína estructural del nuevo tejido. La luz láser aumenta significativamente la proliferación y actividad de los fibroblastos, lo que conduce a una síntesis de colágeno más rápida y robusta. El resultado es un mejor tejido de granulación en el lecho de la herida.
  • Angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos): Una herida no puede cicatrizar sin un riego sanguíneo adecuado que aporte oxígeno y nutrientes. Terapia láser de tejidos profundos es un potente estimulador de la angiogénesis, lo que garantiza que el tejido recién formado esté bien vascularizado y sano.
  • Epitelización mejorada: La terapia acelera la migración y proliferación de queratinocitos (células de la piel) desde los bordes de la herida, lo que permite que ésta se cierre y resurja más rápidamente.
  • Efectos bactericidas: Ciertas longitudes de onda láser, sobre todo en el espectro azul combinado a veces con infrarrojos, pueden tener un efecto fototóxico sobre las bacterias, reduciendo la biocarga en heridas contaminadas sin antibióticos.
  • Modulación de la inflamación: Aunque la inflamación es necesaria al principio, la inflamación prolongada es perjudicial para la cicatrización. La terapia láser ayuda a regular la respuesta inflamatoria, evitando que se vuelva crónica y destructiva.

Caso práctico: Resolución de una herida postmastectomía estancada

Perfil del paciente:

  • Iniciales: G.P.
  • La edad: 62
  • Sexo: Mujer
  • Ocupación: Retirado
  • Estado actual: Herida quirúrgica que no cicatriza tras una mastectomía del lado izquierdo y disección de ganglios linfáticos por cáncer de mama, 10 semanas después de la operación.

Historia de la enfermedad actual:
La operación de G.P. fue un éxito, pero una sección de la incisión en la región axilar no cicatrizó. La herida seguía drenando líquido seroso y no mostraba signos de epitelización desde hacía más de un mes. Estaba recibiendo radioterapia adyuvante, que dificulta aún más la cicatrización de la herida. Los cuidados estándar de la herida, que incluían apósitos avanzados y agentes tópicos, no habían conseguido mejorar la cicatrización. Presentaba un alto riesgo de infección y de nuevas intervenciones quirúrgicas.

Conclusiones objetivas:

  • Evaluación de heridas:
    • Ubicación: Axila izquierda.
    • Tamaño: 4,0 cm x 2,5 cm.
    • Profundidad: 0,4 cm.
    • Cama de heridas: 80% esfacelos amarillos pálidos no viables; 20% tejido de granulación rojo. No hay signos de migración epitelial.
    • Exudado: Drenaje seroso moderado.
    • Piel peri-herida: Eritematosa (roja), macerada y sensible.
  • Dolor: Calificación de 6/10 en el lugar de la herida, exacerbada por el movimiento del brazo.

Plan de tratamiento:
Se inició un protocolo integral de cuidado de heridas, con terapia láser clase 4 como principal modalidad bioestimuladora.

  • Dispositivo: A terapia láser clase 4 con doble longitud de onda (905 nm pulsada, 810 nm continua).
  • Frecuencia: 3 veces por semana.
  • Protocolo:
    • En primer lugar, se limpió la herida y se desbridó de esfacelos sueltos.
    • El láser se aplicó de dos maneras: 1) Directamente sobre el lecho de la herida en forma de rejilla, manteniendo la pieza de mano 1-2 cm por encima del tejido. 2) Alrededor del perímetro de la herida para estimular la migración epitelial y el flujo linfático.
    • Inicialmente se utilizó una dosis más baja (4 J/cm²) para evitar la sobreestimulación, aumentando gradualmente a 6 J/cm² a medida que el tejido respondía.
  • Atención Adjunta: Uso continuado de un apósito de hidrofibra para controlar el exudado y proteger la piel periherida.

Resultados:

  • Después de 3 tratamientos (1 semana): El lecho de la herida mostró una mejora significativa, con una reducción de la esfacelosis a 30% y un aumento del tejido de granulación rojo carnoso a 70%. Se redujo el drenaje.
  • Después de 6 tratamientos (2 semanas): La herida medía 3,0 cm x 1,5 cm. La esfacelosis se había eliminado por completo. Se apreciaban islas epiteliales y los bordes de la herida se contraían claramente (contracción de la herida).
  • Después de 9 tratamientos (3 semanas): La herida medía 1,0 cm x 0,5 cm. El dolor se valoró en 1/10.
  • Después de 12 tratamientos (4 semanas): La herida estaba completamente cerrada y epitelizada.
  • Seguimiento: El tejido cicatrizado se mantuvo fuerte y resistente durante el resto de los tratamientos de radiación. La paciente y el equipo quirúrgico se mostraron muy satisfechos por haber evitado una posible revisión quirúrgica.

Conclusión: Este caso pone de relieve que las aplicaciones de un máquina de terapia láser van mucho más allá del dolor musculoesquelético. Como potente bioestimulador de la actividad celular, terapia láser clase 4 es una herramienta fundamental para romper el ciclo de inflamación crónica y estancamiento celular en heridas que no cicatrizan, ofreciendo una solución segura, eficaz y no invasiva para casos de pacientes complejos.

El prev: El siguiente:

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