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Exploración de la terapia láser para el dolor y la terapia láser roja en la rehabilitación humana

Introducción

El tratamiento del dolor crónico sigue siendo uno de los mayores retos de la medicina moderna. Con la creciente prevalencia de trastornos musculoesqueléticos, artritis y afecciones neuropáticas, los médicos buscan constantemente opciones de tratamiento seguras, eficaces y no invasivas. Terapia láser para el dolorincluyendo el uso de terapia con láser rojose ha convertido en una herramienta clínicamente fiable para la rehabilitación aguda y crónica. A diferencia del tratamiento farmacológico, que puede acarrear efectos secundarios o problemas de dependencia, la terapia láser proporciona bioestimulación específica a los tejidos, facilitando la reparación celular y reduciendo la inflamación.

Este artículo examina el funcionamiento de la terapia láser, sus aplicaciones clínicas en la rehabilitación humana y destaca un caso clínico real que demuestra su eficacia.


Cómo funciona la terapia láser para el dolor

Terapia láser utiliza longitudes de onda de luz específicas para penetrar en los tejidos, estimular las mitocondrias y aumentar la producción de ATP. El aumento de la energía celular favorece la reparación de los tejidos, reduce el estrés oxidativo y modula los procesos inflamatorios. Las longitudes de onda rojas (600-700 nm) son especialmente eficaces para la cicatrización de tejidos superficiales, mientras que las longitudes de onda infrarrojas cercanas (800-1000 nm) penetran más profundamente para afectar a músculos, articulaciones y nervios.

Los mecanismos biológicos clave incluyen:

  • Vasodilatación: Mejora el aporte de oxígeno y nutrientes.
  • Efectos antiinflamatorios: Suprime las citoquinas proinflamatorias.
  • Neuromodulación: Reduce la transmisión de señales de dolor.
  • Curación acelerada: Estimula la proliferación de fibroblastos y la síntesis de colágeno.

Estos efectos hacen que terapia con láser rojo y láseres de clase IV de mayor potencia muy valiosos en rehabilitación ortopédica y medicina deportiva.


Aplicaciones clínicas en el tratamiento del dolor

  1. Dolor musculoesquelético: La tendinitis, la bursitis y el dolor miofascial responden bien a la terapia láser dirigida.
  2. Dolor neuropático: Los pacientes con neuropatía diabética o neuralgia postherpética se benefician de una mejora de la conducción nerviosa.
  3. Recuperación posquirúrgica: La terapia láser acelera la cicatrización de las heridas y reduce la formación de tejido cicatricial.
  4. Lesiones deportivas: Los deportistas utilizan la terapia láser para aliviar el dolor en esguinces, distensiones musculares y lesiones por uso excesivo.

Estudio de un caso real: Clínica hospitalaria del dolor

Identificación del paciente: H-PT2024-093

Edad/Género: Varón de 56 años

Historial médico: Osteoartritis crónica de rodilla, que no responde a los AINE, con movilidad limitada y dolor constante (escala de dolor VAS 8/10).

Protocolo de tratamiento:

  • Terapia con láser rojo aplicada tres veces por semana durante seis semanas.
  • Cada sesión duró 12 minutos, con exposición dirigida a los aspectos medial y lateral de la articulación de la rodilla.
  • Longitud de onda: 660 nm (espectro rojo), potencia: 200 mW.

Resultados:

  • Después de 3 semanas: La puntuación del dolor se redujo a 5/10.
  • Después de 6 semanas: La puntuación del dolor disminuyó a 2/10, con mejora de la amplitud de movimiento y reducción de la inflamación.
  • El paciente pudo reanudar la marcha diaria sin analgésicos.

Conclusión: Este caso demuestra que terapia láser para el dolorEn concreto terapia con láser rojopuede ser una opción muy eficaz y sin fármacos para el tratamiento de la artrosis.


Orientaciones futuras

Los avances en la investigación de la fotobiomodulación están ampliando el uso de la terapia láser más allá de las afecciones musculoesqueléticas. Los nuevos datos sugieren aplicaciones en:

  • Rehabilitación neurológica (ictus, lesión medular)
  • Enfermedades inflamatorias crónicas
  • Tratamiento del dolor oncológico

Conclusión

Terapia láser ha dejado de ser un complemento experimental para convertirse en una intervención clínica habitual para el alivio del dolor y la cicatrización de los tejidos. Terapia con láser rojo ha demostrado resultados consistentes en síndromes de dolor superficial, mientras que los láseres de clase IV para tejidos más profundos amplían el horizonte terapéutico. Con pruebas clínicas sólidas y resultados en el mundo real, la terapia láser está llamada a seguir siendo una piedra angular de la rehabilitación moderna.

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