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La ventaja neurológica: tratamiento con láser del dolor nervioso y la neuropatía

El dolor nervioso crónico, como el que se observa en la neuropatía periférica, la ciática o el síndrome del túnel carpiano, representa uno de los mayores retos en el tratamiento del dolor. Los métodos tradicionales suelen basarse en medicamentos como la gabapentina o los esteroides, que pueden tener importantes efectos secundarios sistémicos y contribuir poco a reparar los nervios dañados. Entre en terapia láser clase 4-una modalidad que está ganando reconocimiento por su capacidad única no sólo para tratar, sino también para curar potencialmente el tejido neurológico dañado.

Este artículo explora la aplicación vanguardista de la terapia de tratamiento con láser para afecciones neurológicas. Desglosaremos la compleja neurobiología de cómo la energía luminosa interactúa con el tejido nervioso, esbozaremos las características clave de una máquina de terapia láser adecuado para esta tarea, y presentar un estudio de caso convincente que ilustre su profundo impacto en la vida de un paciente.

La ciencia de la luz en los nervios: Más allá del enmascaramiento de los síntomas

La acción de terapia láser de tejido profundo sobre los nervios, o neurofotobiomodulación, es polifacética y se dirige a toda la unidad funcional de la célula nerviosa (neurona).

  1. Respiración mitocondrial y transporte axonal: Las mitocondrias dentro del cuerpo celular de la neurona y a lo largo del axón son los objetivos principales. La absorción de la energía de la luz láser aumenta la producción de ATP. Esta abundante energía es crucial para impulsar el transporte axonal, el proceso esencial de transporte de proteínas, neurotransmisores y orgánulos desde el cuerpo celular por el largo axón hasta la terminal nerviosa. La alteración del transporte axonal es un rasgo distintivo de muchas neuropatías.
  2. Reducción de la degeneración walleriana: Tras una lesión nerviosa, el segmento del axón separado del cuerpo celular sufre un proceso de descomposición denominado degeneración walleriana. Los estudios sugieren que terapia de tratamiento con láser puede ralentizar este proceso, preservando una mayor parte de la estructura del nervio y facilitando una regeneración más rápida.
  3. Reparación de la vaina de mielina: La vaina de mielina, el aislamiento graso que permite la rápida conducción de las señales nerviosas, puede dañarse por compresión o enfermedad (por ejemplo, neuropatía diabética). La energía láser estimula las células de Schwann (que producen mielina en el sistema nervioso periférico) para que proliferen y remielinicen los axones, restableciendo la velocidad adecuada de conducción nerviosa.
  4. Modulación de la neuroinflamación: La terapia láser reduce significativamente la liberación de citoquinas proinflamatorias (por ejemplo, TNF-α, IL-1β) alrededor del nervio, que se sabe que contribuyen al dolor neuropático y a la sensibilización.
  5. Calibración de los nervios sensoriales: En el caso de los nervios hipersensibles, la terapia láser puede ayudar a disminuir la hiperexcitabilidad de los nociceptores (nervios que detectan el dolor) modulando los canales iónicos y reduciendo la expresión de neurotransmisores relacionados con el dolor, como la sustancia P.

Este enfoque biológico global es lo que marca terapia láser clase 4 aparte de los tratamientos puramente sintomáticos.

Selección del mejor dispositivo de terapia láser para aplicaciones neurológicas

El tratamiento de los nervios requiere precisión. El sitio mejor aparato de terapia láser para las afecciones neuropáticas deben poseer características específicas:

  • Profundidad de penetración efectiva: La longitud de onda debe situarse en el espectro infrarrojo cercano (800-900 nm) para penetrar con la profundidad suficiente para alcanzar los principales troncos nerviosos, como el nervio ciático o el nervio mediano de la muñeca.
  • Potencia adecuada: A terapia láser clase 4 con una potencia superior a 0,5 W, para administrar una dosis suficiente de energía a estas estructuras profundas sin requerir tiempos de tratamiento prohibitivamente largos.
  • Aplicadores de precisión: Los dispositivos deben disponer de piezas de mano o sondas específicas que permitan al clínico centrarse con precisión en localizaciones anatómicas concretas, como el túnel carpiano o el túnel tarsiano.

Pruebas reales: Estudio de un caso de síndrome del túnel carpiano grave

Perfil del paciente:

  • Iniciales: R.B.
  • La edad: 48
  • Sexo: Mujer
  • Ocupación: Especialista en introducción de datos
  • Estado actual: Síndrome del túnel carpiano (STC) bilateral grave, peor en la mano derecha dominante. Síntomas desde hace 3 años.

Historia de la enfermedad actual:
R.B. refirió entumecimiento y hormigueo constantes (parestesia) en los dedos pulgar, índice y corazón, lo suficientemente intensos como para despertarla 4 o 5 veces por noche. Experimentaba una debilidad importante, se le caían los objetos con frecuencia y sentía un dolor ardiente que se irradiaba hacia el antebrazo. Había probado férulas de muñeca y dos inyecciones de corticosteroides, que sólo le aliviaron durante unos meses cada una. Su médico le había recomendado una intervención quirúrgica (liberación del túnel carpiano), que ella deseaba evitar.

Conclusiones objetivas:

  • Examen físico: Signo de Tinel positivo (al dar golpecitos sobre el túnel carpiano se reproducía el hormigueo), Prueba de Phalen positiva (al mantener las muñecas en flexión durante 30 segundos se reproducían los síntomas). Se observó atrofia muscular en la mano derecha.
  • Estudio de conducción nerviosa (NCS)/Electromiografía (EMG): Se confirmó un STC grave. El estudio mostró un enlentecimiento significativo de las velocidades de conducción nerviosa sensitiva y motora en la muñeca derecha y un enlentecimiento moderado en la izquierda.
  • Limitaciones funcionales: Dificultad para teclear, agarrar un volante y realizar tareas motoras finas como abotonarse una camisa.

Plan de tratamiento:
Un ensayo conservador de terapia láser de tejido profundo se inició en la muñeca derecha.

  • Dispositivo: A 12W terapia láser clase 4 con un láser pulsado de 905 nm y un láser de onda continua de 810 nm.
  • Frecuencia: 3 veces por semana durante 4 semanas, luego 2 veces por semana durante 3 semanas.
  • Protocolo: El láser se aplicó mediante una técnica de contacto directamente sobre el túnel carpiano y a lo largo del trayecto del nervio mediano en el antebrazo. Se utilizó una dosis de 8-10 J/cm².
  • Terapia complementaria: El paciente recibió formación sobre modificaciones ergonómicas y realizó ejercicios de deslizamiento del nervio.

Resultados:

  • Después de 6 tratamientos: R.B. informó de una reducción 50% de los despertares nocturnos y una disminución notable del hormigueo diurno.
  • Después de 12 tratamientos: Podía dormir toda la noche sin interrupción. Su fuerza de prensión, medida con un dinamómetro, había mejorado en 25%. El dolor ardiente se había resuelto.
  • Después de 7 semanas (17 tratamientos): Todos los entumecimientos y hormigueos se habían resuelto. La atrofia muscular había mejorado visiblemente con un fortalecimiento específico. Una ECN/EMG de seguimiento mostró una notable mejoría, con velocidades de conducción nerviosa que se situaban en el rango leve/moderado.
  • Seguimiento a los 6 meses: La paciente permanecía completamente asintomática y había retomado todas sus actividades normales, incluido su trabajo, sin limitaciones. La cirugía se consideró innecesaria.

Conclusión: Este caso demuestra que terapia láser clase 4 puede ser una potente intervención no quirúrgica para neuropatías compresivas como el STC. Al atacar la fisiopatología subyacente -inflamación, deterioro de la producción de energía y desmielinización- facilita una verdadera reparación biológica, ofreciendo una alternativa viable a la cirugía para muchos pacientes.

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